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China es el nuevo México

Por Guillermo Descalzi
Los7Días.com

“El Virus Chino”, dijo Trump en su primer rally de campaña. Al día siguiente Peter Navarro, su confidente y consejero, dijo que la China “creó el virus”, y luego, en entrevista con NBC, dijo que lo había convertido en arma de guerra, weaponized, cargando con él los aviones que iban al extranjero.

Trump busca hacer de la China el México de estas elecciones, pero eso no quiere decir que se haya olvidado de los mexicanos. Vuelve a usarlos para azuzar a la gente a votar por él, su salvador. Surtió efecto en la campaña del 2016, ¿no?

La China es “su nuevo México”, el de este año. ¿Surtirá efecto? That, como escribió Shakespeare, is the question, esa es la pregunta, pero a pocos les importa de donde venga. Lo que importa es que está acá y, al revés de los indocumentados, no le será fácil correrlo.

Trump piensa que lo hará por la magia de su personalidad, que el “Virus Chino” será su tablita mexicana para correr esta ola. Olvida una cosa: que el virus es real, y nadie pretende correr con este… excepto él.

No se ha olvidado de los mexicanos, ni de su muro, ni del Obamacare. Vuelve a usar todo su arsenal de la campaña anterior, redobla su empleo de lo que le sirvió, sin darse cuenta que hoy aliena la periferia de quienes votaron por él. Su círculo se estrecha, y sigue en él como si fuera a contener su reducción, y su fuerza lo fuese a “ampliar”. Esa es su estrategia.

Acaba de ir a la Corte Suprema para declarar inconstitucional al Obamacare, que hoy, en tiempos de pandemia, es el único recurso de millones de pobres, pero no importa porque son pobres, y él, Trump, no apela a los pobres.

Es una estrategia riesgosa porque se dirige a lo más intransigente y xenofóbico del país… y, por si acaso, también usa las máscaras.

Ha logrado convertir las máscaras en símbolo político, a que quienes estén a su favor no las usen, y esto no solo es irresponsable, es criminal. Así como hay criminales de guerra, esto bien puede ser un crimen de la presidencia. El tiro le está saliendo por la culata ahora que el virus empieza a multiplicarse en estados que siguen sus consejos.

Trump, no se olviden, es un gran egotista… ego-tista. Él es todo, el genio, el de la gran intuición, el único que salvará al país… y el virus, como en el cuento de las ropas del emperador, revela su desnudez. Insiste en que se esfuma, y confía en que la reapertura le devuelva la economía fuerte con la que espera llegar a la meta, su tablita mexicana (ahora china) de correr olas, pero el virus lo corre a él, él no corre al virus.

El ‘corona’ está repuntando, y no hay palabras que borren esta realidad, ni retórica que lo convierta en “Virus Chino” para responsabilizarlos a ellos. Eso es lo que busca, no hay otra explicación.

La ausencia de público en su primer rally en Tulsa, Oklahoma, muestra que ahora ni los suyos están convencidos de su magia… Ve noviembre a poco más de cuatro meses y redobla su “uso” del virus. Espera que esa magia suya haga que se esfume, pero el público empieza a verla por lo que es, no magia sino brujería… y de la fea.

Las opiniones y el contenido expresados en este artículo son exclusivamente las de su autor y no reflejan la posición editorial de Los7Días.com.

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